El fallecimiento el jueves 8 de septiembre de 2022 de la reina Isabel II no sólo ha desencadenado una avalancha mundial de despedidas, sino que también ha puesto en marcha una maquinaria de pompa, circunstancia y luto público que no se veía en Gran Bretaña desde la muerte del padre de Isabel, Jorge VI, en febrero de 1952,
Técnicamente hablando, la muerte de Isabel constituye una Dimisión de la Corona, un término legal para designar el fin del reinado del soberano británico. Los pasos que siguen han sido cuidadosamente coreografiados, revisados y ensayados durante décadas. Edward Young, el secretario privado de Isabel II, probablemente transmitió la noticia al Primer Ministro británico en una llamada telefónica utilizando, supuestamente, la frase en clave "El puente de Londres está caído". Fue entonces cuando Londres habría notificado la noticia a los Gobiernos de toda la Commonwealth británica. "Durante un tiempo, se habrá ido sin que lo sepamos", escribió Sam Knight, de The Guardian. en un artículo de 2017: "La información viajará como la onda de compresión que precede a un terremoto, detectable sólo por equipos especiales".
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La Union Jack ondea a media asta en las afueras del Palacio de Buckingham en Londres, justo después de la muerte de la reina Isabel II el 8 de septiembre de 2022. Tras 70 años de reinado, la monarca será enterrada en la Capilla Memorial del Rey Jorge VI en el Castillo de Windsor.
Fotografía de Samir Hussein, WireImage, Getty
¿Qué hay en un nombre?
Ahora que la noticia se ha hecho pública, el Parlamento se reunirá lo antes posible para jurar lealtad al hijo de Isabel, Carlos, que se convirtió en rey en el momento en que murió su madre. Será proclamado formalmente como rey el sábado y se acogerá a su derecho como monarca de adoptar un nuevo nombre: Carlos III. Antes, el nuevo rey ofreció un discurso en el viernes a las siete de la tarde (hora española).
Cada soberano británico tiene la opción de elegir un nombre regio en lugar de su nombre de pila. El nuevo rey no eligió su nombre de pila, Carlos, como nombre regio, claramente sin tener en cuenta la mala reputación de otros monarcas con ese nombre. Carlos I fue un autoritario que contribuyó a avivar una guerra civil y acabó siendo ejecutado; Carlos II fue un monarca encantador, pero audaz, conocido como el "monarca alegre". Su elección parece que sigue el ejemplo de su madre, que cuando le preguntaron cuál sería su nombre regio al llegar al trono en 1953, la difunta reina dijo: "El mío, por supuesto; ¿cuál sino?".
La nueva reina consorte, Camila; el rey Carlos III (todavía príncipe de Gales); el príncipe Jorge de Cornwall y Cambridge; Guillermo, ahora príncipe de Gales; Caterina, princesa de Gales; y la difunta reina en el balcón del Palacio de Buckingham (Londres; Reino Unido) durante el desfile por el cumpleaños de la reina, también conocido como Trooping the Colour, en 2015.
Fotografía de Max Mumby, Indigo, Getty
La esposa de Carlos, Camila, duquesa de Cornualles, también tiene un nuevo título: reina consorte. Camilla será técnicamente reina consorte según la costumbre británica de otorgar a las esposas de los soberanos el título equivalente al de su marido. Pero cuando se casó con Carlos en 2005, Camilla indicó que utilizaría en su lugar el título de S.A.R. Princesa Consorte. Esta ruptura con la tradición se hizo en deferencia a la primera esposa de Carlos, Diana, que murió en 1997.
Pero en febrero de este año, durante las celebraciones del Jubileo de Platino, la difunta reina expreso en un comunicado su "sincero deseo" de que Camila adoptara el título de reina consorte cuando llegara el momento, un reconocimiento a su "leal servicio".
La Constitución británica no otorga derechos de sucesión a los cónyuges de los monarcas, aunque sí obtienen títulos simbólicos cuando su cónyuge sube al trono. El príncipe Felipe, marido de la reina Isabel II durante 73 años, ha sido el consorte real que más tiempo ha permanecido en el trono en la historia británica. Sin embargo, su muerte el 9 de abril de 2021 a la edad de 99 años no afectó a la línea de sucesión, ya que no era el siguiente en acceder al trono. Ahora, el hijo del nuevo rey, Guillermo, es el primero en la línea de sucesión.
Nuevo rey, viejos rituales
En las 24 horas siguientes a la muerte de la Reina, se convocará un Consejo de Adhesión con sus asesores más cercanos y otros importantes funcionarios del Estado. El consejo confirmará el nombre del heredero en una proclamación oficial.
A continuación, el nuevo monarca se reunirá con el nuevo Consejo Privado y jura "mantener y preservar" la Iglesia de Escocia, que, a diferencia de la Iglesia de Inglaterra, no está dirigida por el monarca de Inglaterra (aunque el monarca gobierna la Iglesia de Escocia, sólo reconocea Dios como su gobernador supremo y, a pesar de su nombre, no está controlada por el Estado). A continuación, la proclamación de adhesión será leída en varios lugares públicos del Reino Unido, acompañada de una salva de cañón.
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El príncipe Carlos se arrodilla ante la reina en 1969 durante su investidura como príncipe de Gales en Gwynedd, País de Gales. Ha tardado 53 años en suceder a su madre y convertirse en rey.
Fotografía de Adam Woolfitt, Nat Geo Image Collection
Una respuesta mediática bien ensayada
Mientras tanto, los medios de comunicación del Reino Unido están enfrascados en una cobertura que llevan preparando desde hace décadas. Las emisoras de radio británicas incluso contemplan cuidadosos "procedimientos"que dictan el tipo de música debe sonar en un momento de tragedia nacional, y los editores de la BBC prevén recibir las inevitables quejas por parte de algunos ciudadanos alegando que su cobertura sea, de alguna manera, inapropiada.
En 2002, el jefe de informativos de la BBC, Pete Sissons, fue criticadopor la prensa sensacionalista por llevar una corbata roja oscura mientras anunciaba la muerte de la Reina Madre. Más tarde reveló que él y otros habían tenido que ensayar para informar sobre su muerte y (y la de Isabel II), cada seis meses.
La BBC también tiene un "sistema especial de transmisión de alertas por radio", cariñosamente apodado "RATS" [Ratas en inglés], diseñado para avisar a su redacción de la muerte del monarca. Pero a pesar de sus cuidadosos ensayos para la noticia más importante del mundo, el medio ha sufrido de falsas alarmas, como la del embarazoso incidente de 2015 en el que un reportero malinterpretó un simulacro, llegando a tuitearla falsa afirmación de que la Reina había muerto.
¿Y ahora qué?
Aún es pronto para poder conocer todos los detalles del entierro de Isabel II. Se espera que, 10 días después de la muerte de la reina (o menos de dos semanas después, según la BBC), se celebre un funeral de Estado en la Abadía de Westminster, y un entierro en la Capilla Memorial del rey Jorge VI. Aunque el Reino Unido tendrá un nuevo rey, habrá que esperar para la coronación. La ceremonia milenaria es una ocasión alegre que no debería mezclarse con el luto, por lo que es probable que tenga lugar meses, si no más de un año, después de la muerte de la reina.
